lunes, 1 de junio de 2015

Qué nos dicen los dragones?

Hola a tod@s!
Hoy me permito escribir sobre un tema muy conocido. El mundo de los dragones.

Estos preciosos animales mitológicos inspiran innumerables relatos desde la antigüedad más remota hasta la actualidad.

¿Porqué estos seres, mal llamados monstruos, bestias o demonios generan esta fascinación en el subconsciente colectivo? Nadie se queda indiferente cuando estos maravillosos seres se presentan, en cualquiera de sus formas: esculturas, dibujos, orfebrería, películas, sueños…
Desde las serpientes que escupen fuego de las culturas mesoamericanas, pasando por la mitología China con Yu el Grande, la Serpiente Cornuda de la creación de Babilonia, la Hydra griega, el dragón Fafnir de Europa Septentrional, la fiera serpiente de los eslavos, el demonio-dragón de la tradición juedo-cristiana; todas tienen presente la grandeza y el poder tanto físico como oculto de este arquetipo animal. Un reptil enorme, con capacidad de volar, regenerarse, escupir llamas o traer el agua y que además porta un gran conocimiento sobre todos los seres. Se diría que incorpora los elemento terrestres: fuego, aire, agua, tierra, metal y éter (para quienes estudian la tradición china faltaría la madera)

Seguramente no es casualidad que el emblema del uróboros fuera un dragón, ese símbolo del renacimiento, la transmutación…claro, la alquimia, cuyo lenguaje es la propia mística de nuestro planeta, no podía ser representado por otro arquetipo que nuestro preciado dragón.
Los dragones se conectan con nuestro plano a través de nuestro subconsciente, la interpretación que demos de él será cosa nuestra, debemos elegir si queremos que sea en nuestro beneficio, perjuicio, o no sea nada trascendente.

La tradición judeo-cristiana terminó de ejecutar el maleficio que ya rondaba sobre él en la cultura del Norte de Europa. Un dragón que retiene tesoros, princesas, que llevan el caos y oscuridad a las ciudades e incluso se convierten en el propio demonio que es derrotado por San Miguel, príncipe por excelencia de la cristianización sobre el mundo pagano.

Pero si enfocamos un poco más nuestro nefelómetro personal podremos sentir su grandeza, lo sublime de su espíritu frente a nuestra mente, es por esto que el dragón, cuando nos aparece, nos obliga a liberarnos de la pesada carga de la mente y activamos nuestro corazón, nuestro corazón no entiende de límites ni imposibles, es por esto que nos permite una conversación con los dragones.

Quienes me conocen saben de mi trabajo con la sabiduría de los Espíritus Animales como Medicina Sanadora del Alma, y, en este caso, los animales arquetípicos: dragones, unicornios, grifos, fénix…también nos aportan la fuerza y sabiduría de sus espíritus…ellos nos traen las fuerzas de la naturaleza ya compuestas para un determinado resultado, cual fórmula alquímica para nuestras vivencias personales. El Dragón nos recuerda, al igual que el Fénix, la purificación mediante el fuego, de todo aquello no ya no nos sirve, todo lo viejo queda atrás y podemos renacer de nuevo. También nos trae todo aquello que podemos necesitar: tierra, agua, aire, fuego, aliento... para producir nuestro propio futuro. Él se eleva por encima de lo terrenal y desde arriba consigue una visión clara de todas las realidades que componen nuestro mundo, de aquí consigue su sabiduría. También me viene a la cabeza que su joya más preciada, siempre es su corazón, protegido por fuerte piel y escamas como el metal.

Además de todo esto, sobra decir mi enorme complacencia cada vez que veo animales mitológicos en el cine, en este caso el famoso Dragón de fuego Smaug de el Hobbit y no pude reprimirme de ilustrarlo en cuanto lo vi!!

Espero que os guste. Un abrazo de manada! ;)




Recordemos que con cada Ilustración del Alma Animal que encarguéis estaréis colaborando con Igualdad Animal y Compasión Animal

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